Un ancestral y colonial paraíso
El Pueblo Mágico de Valladolid en Yucatán, es uno de esos destinos donde el tiempo pasa serenamente, respirando los aires de un antiguo pueblo maya rico en tradiciones. Donde las tardes son para perderse por sus barrios llenos de color, con casonas que nos hablan de momentos importantes en la historia de nuestro país, como la Guerra de Castas, la Colonia y la primera chispa de la Revolución Mexicana. Y, por si fuera poco, donde la naturaleza se revela a manera de cenotes abiertos para una zambullida.
Valladolid es la tercera ciudad más poblada del estado de Yucatán, en México, así como la cabecera del municipio homónimo. Se ubica al sureste del país, en la región oriente del estado, a 169 km de Mérida, la capital de la entidad. De acuerdo con el censo de 2020 realizado por el INEGI, tiene una población de 56 494 habitantes, lo que la convierte en la ciudad yucateca más poblada fuera de la Zona Metropolitana de Mérida.
La ciudad fue fundada el 28 de mayo de 1543 por Francisco de Montejo, "El Sobrino". Se encontraba originalmente en la localidad maya de Chauac-Há, pero el 24 de marzo de 1545, pese a la resistencia de su fundador y debido a motivos de saneamiento, la localidad fue trasladada a Zací, la capital del cacicazgo maya de los Cupules. En 1848, la ciudad y sus haciendas fueron invadidas por los indígenas mayas durante la Guerra de Castas, por lo que las familias afectadas tuvieron que emigrar a otras regiones; la ciudad fue recuperada meses más tarde por el gobierno yucateco. El 4 de junio de 1910, la ciudad fue escenario de uno de los primeros antecedentes de la Revolución Mexicana conocido como la Rebelión de Valladolid o la Primera Chispa de la Revolución.
En 2012, la ciudad fue incorporada a la lista de Pueblos Mágicos de México, siendo la segunda en recibir ese nombramiento en el estado de Yucatán, después de Izamal.
A Valladolid le llaman “la perla del oriente maya”, por ubicarse en medio de las dos ciudades turísticas más importantes de la península de Yucatán: Mérida y Cancún, separadas por 160 kilómetros de distancia. Por eso, el Pueblo Mágico puede ser una visita indispensable en tu trayecto hacia las Zonas Arqueológicas de Chichén Itzá, Ek Balam o Cobá.

Descubrimientos históricos a cada paso que das
Hay mucho por hacer en Valladolid, comenzando por recorrer los barrios de La Candelaria, San Juan, Santa Ana y Sisal. Con calma, vas descubriendo calles que desembocan en templos y exconventos, como el de Santa Lucía y San Bernardino, testigos arquitectónicos de la orden franciscana, que se aprecian mejor de noche con el espectáculo de luz y sonido proyectado en sus fachadas.
Detente en alguna casona como Casa de los Venados, tienen una colección de casi tres mil piezas de arte folclórico y sus dueños hacen visitas guiadas. Continúa hasta el centro artesanal Zací para comprar sombreros de jipijapa, huipiles y guayaberas. Si lo prefieres, está el mercado Donato Bates para souvenirs de talabartería.
En tu andar, encuentras restaurantes de cocina maya, no dejes de probar la sopa de lima y la longaniza de Valladolid preparada de manera artesanal. Por las tardes, las plazas se llenan con puestos ambulantes de marquesitas, un postre largo y enrollado relleno con queso de bola.
La Calzada de los Frailes es un paseo obligado en bicicleta, además de ser la antigua calle que unía la ciudad de Valladolid con el pueblo indígena de Sisal, está lleno de color, pues sus casonas fueron rescatadas y pintadas de diversos colores. Desde aquí se llega al Museo de San Roque. Tiene una pequeña colección de piezas arqueológicas halladas en Ek Balam y restos humanos de los primeros entierros mayas.
El destino perfecto para refrescarse
Tu paso por el Pueblo Mágico de Valladolid debe incluir la visita a uno de sus diez impresionantes cenotes. Incluso, en pleno corazón del centro está la caverna Zací. Si no te sumerges en él y contemplas sus estalactitas, entonces tu viaje estará incompleto.
Platillos típicos
Los principales son: fríjol con puerco, chaya con huevo, puchero de gallina, queso relleno, salbutes, panuchos, pipian de venado, papadzules, longaniza, lomitos de Valladolid, relleno negro, maculan, cochinita pibil, joroches, mucbil pollos, chachacuas, pan de espelón, pimes y tamales colados. La longaniza de Valladolid es también un platillo reconocido.
Los dulces tradicionales que se elaboran son el de yuca con miel, buñuelos (hechos a base de yuca)con miel, calabaza melada, camote con coco, cocoyol en almíbar, mazapán de pepita de calabaza, melcocha, arepas, tejocotes en almíbar y dulce de ciricote.
Las bebidas típicas del municipio son el xtabentun, balché, bebida de anís, pozole con coco, horchata, atole de maíz nuevo y refrescos de frutas de la región
Si quieres continuar explorando la península de Yucatán, Valladolid es casi vecino del Pueblo Mágico de Izamal.
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